martes, 4 de diciembre de 2007

Instrucciones de Carlos V a Felipe II sobre política exterior (Augusta a 18 de enero de 1548) .


«Y aunque según la continua instabilidad y mudanza de las cosas terrenas, sería imposible daros ley cierta y entera para vuestra buena gobernación y de los reinos, señoríos y Estados que yo dejaré, todavía, por el amor paternal que os tengo, y deseo que acertéis por el servicio de Dios y descargo de mi conciencia y vuestra, tocaré aquí algunos puntos para vuestra instrucción, rogando a la divina clemencia y bondad, que es la que hace reinar a los reyes, quiera guiar en esto y en lo demás vuestro corazón, para que lo enderecéis a su santo servicio. Y así por principal y firme fundamento de vuestra buena gobernación, debéis siempre concertar vuestro ser y bien de la infinita benignidad de Dios, y someter vuestros deseos y acciones a Su voluntad, lo cual haciendo con temor de ofenderlo, tendréis Su ayuda y amparo, y acertaréis, lo cual converná para bien reinar y gobernar. Y para que Os alumbre y sea más propicio, debéis tener siempre muy encomendada la observancia, sustentamiento y defensión de nuestra santa Fe generalmente, y en especial en todos los dichos reinos, Estados y señoríos que nos heredaréis, favoreciendo la divina justicia y mandando que se haga curiosamente, y sin elección de personas y contra todos sospechosos y culpados, y teniendo solicitud y cuidado de obviar por todas las vías y maneras que pudiéredes con derecho y razón en las herejías y sectas contrarias a nuestra antigua Fe y religión».

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