lunes, 10 de diciembre de 2007

Los jóvenes católicos lideran el resurgir de la Misa tradicional.


CRECE LA MISA TRADICIONAL EN ESTADOS UNIDOS.

(Jacqueline L. Salmon de Washington Post).



Algunas de sus partes tienen una antigüedad de 1.500 años. Es difícil de comprender y aun más de observar, pero tiene éxito entre los jóvenes católicos. La Misa tradicional vuelve después de mas de 40 años tras la reforma posterior al Concilio Vaticano II.
El pasado mes de Septiembre el Papa Benedicto XVI redujo las restricciones que existían para la celebración de la Misa tradicional, también conocida como Misa tridentina, provocando un nuevo y renovado interés por la antigua liturgia en latín, especialmente entre los católicos mas jóvenes.
Rezada o cantada, el sacerdote la celebra a veces en un latín inaudible y de cara al altar en vez de a los fieles, lo que supone un cambio radical para muchos católicos que crecieron con una Misa más “informal” celebrada en su lengua vernácula.
“Es lo opuesto a las distorsiones que emanan de la Misa moderna” dice Kent Wolfe, de 34 años de edad, funcionario, quien asiste a cuatro Misas semanales en latín en el área de Washington. “No hay guitarras, ni manos agitándose, ni descansos en los que la gente habla. Es una liturgia seria”, manifiesta. Sin duda supone un choque para los sacerdotes jóvenes y sus parroquianos.
Los asistentes a la Misa del medio día del Domingo en la Iglesia de San Juan, en Mclean, se han duplicado alcanzando las 400 personas desde que se celebra en latín. La media de los asistentes es inferior a los 40 años de edad, dice el Rvdo. P. Franklin McAfee. “Los jóvenes son más receptivos; cuando van a esta Misa buscan algo más enriquecedor. No quieren aquello que pueden encontrar en cualquier otro lugar”.
Para algunos la actual popularidad de la ceremonia se debe y representa a la distancia que separa a los viejos católicos, que crecieron en la era postVaticano II, más liberal, y a los jóvenes que sienten que se pierde la tradición que se desechó en aquella pretendida modernización.
Aunque los padres de Chris Paulitz nunca cuestionaron el cambio a la “nueva” Misa, Paulitz y su mujer Diana sólo van a Misa en latín. Después de cada Misa “te sientes como si hubieses aprendido algo y crecido un poco más”, dice Chris, de 32 años, en una entrevista inmediatamente después de asistir a la Misa en la Iglesia de Santa Rita en Alexandria.
Sacerdotes, músicos y monaguillos aprenden sobre esta liturgia en videos, libros y viendo tutoriales on line con instrucciones paso a paso. Por ejemplo, los libros dicen que el sacerdote debe mantener el pulgar y el dedo índice de cada mano juntos durante la mayoría del canon del la Misa, parte principal de la liturgia que culmina con la consagración del pan y el vino.
“Sabía que despertaría algún interés, pero no sabía que sería tan rápida la expansión y tan profundo ese interés”, dice el Rvdo. Scott Haynes, sacerdote de la archidiócesis de Chicago que ha creado el pasado mes de Agosto una web con instrucciones sobre la celebración de la Misa. La web (http://www.sanctamisa.org/) lleva recibidas un millón de entradas, dice Haynes, añadiendo que recibe cientos de e-mail de “fans” de la ceremonia. “Me ha sorprendido cuanta gente se ha interesado por ella”.
Partes de la Misa tridentina datan del S. VI, pero fue el Concilio de Trento, en 1570, quien las ordenó y regularizó; viniendo de entonces el nombre de “tirdentina” por el que también se conoce a esta Misa. La misma fue sustituida por las reformas litúrgicas inmediatamente posteriores al Concilio Vaticano II en los años sesenta que dieron mayor protagonismo, por ejemplo, al uso de las lenguas vernáculas.
La Misa moderna o Novus Ordo se puede decir también en latín, pero aun así es radicalmente diferente de la Misa tridentina. Hasta el pasado 14 de Septiembre, fecha de entrada en vigor del Motu Proprio del Papa, los sacerdotes que querían celebrar la Misa tridentina precisaban del permiso del obispo de su diócesis, por lo que en Estado Unidos sólo se celebraba en algunas iglesias del área de Washington .
En la diócesis de Arlington, donde el obispo y los sacerdotes son mas conservadores, el número de iglesias en las que se celebra la misa tridentina ha pasado de dos a siete desde tras la publicación del Motu Proprio. La diócesis del Arlington que linda al Norte con Virginia, al Sur con Lancaster y al Oeste con Shenandoah, ha enviado seis sacerdotes al centro de formación en Nebraska, al seminario de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro --dependiente del Vaticano--, para recibir un curso intensivo a fin de que aprendan a celebrar según la forma extraordinaria o tradicional. En la archidiócesis de Washington ninguna iglesia más ha incluido por el momento este tipo de celebración en sus horarios. Mons. Charles Pope, quien celebra en la iglesia de Santa María en Chinatwon, cree que es debido a la escasa demanda de las parroquias. Pero los que la quieren “están muy interesados y deseosos”. Los sacerdotes que conocen el rito enseñan a otros, si bien la diócesis se plantea ya la necesidad de formar el próximo año a los sacerdotes de manera institucional, dijo la portavoz del archidiócesis Susan Gibbs.
Pero la Misa tiene sus oponentes. Por ejemplo, los judíos han protestado por una oración del Viernes Santo que se dice en esta Misa y que hace referencia a la ceguera de los judíos, rogando por su conversión. La Curia romana ha sugerido que quizás la oración podría quitarse, pero no se ha hecho todavía.
Para aquellos enamorados de ella, esta Misa es algo que diferencia a los católicos como únicos entre todos los cristianos. “Antes del Vaticano II había muchas cosas que caracterizaban a los católicos como católicos: la Misa tridentina en latín, comer sólo pescado los Viernes, etc., etc.”, dice Mons. Kevin Irwin, decano de la escuela de teología y estudios religioso en la universidad católica. “Y creo que cuarenta años después del Concilio Vaticano II hay un replanteamiento de la pregunta sobre la identidad católica, habiendo para algunos la necesidadde mostrarla al exterior y decir “somos católicos”.
En la iglesia de Santa Rita mas de 150 personas escuchan y miran en silencio a cuatro sacerdotes con media docena de monaguillos y cinco personas en el coro hablando y cantando en la Misa que tiene una hora de duración. En una vuelta al pasado, algunas mujeres llevaban velo. En un tono cristalino, el celebrante, el Rvdo, Paul D. Scalia, recita el Padre Nuestro “Pater Noster...”. Scalia, vicario de Santa Rita, incluyó la Misa tridentina a los pocos días de publicación del Motu Proprio. Scalia, de 36 años, dijo que ama “su belleza, el silencio, ........la antigüedad......tiene un mayor sentimiento contemplativo....es la Misa por la que tantos santos se elevaron, ofrecieron y rezaron”.

No hay comentarios: